miércoles, 3 de agosto de 2011

Batiburrillo

Hoy el cuerpo me pedía siesta, y siesta le he tenido que dar. ¡Buenos días!


El lunes pensé que tenía que ser una broma que fuera 1 de Agosto y al final resultó que la broma fue el 1 de Agosto en sí.


Os empezáis a casar y a mi, de momento, no me apetece.


A pesar de que la última vez que estuve no me encontré, echo de menos Valencia.


Me gusta cuando sacas lo mejor de mi, de la misma forma que odio cuando no lo haces


No tener vacaciones está haciendo que pase el verano y yo no me esté enterando.


Confirmado, me gusta la gente que escribe.


Quedan 2 días para veros y, os aseguro que, no veo el momento.


Puede que no me esté dedicando a lo que más me gusta. Y puede que deba meditar sobre ello.


Hace falta tiempo para darse cuenta de que, a veces, que no te sepan querer es lo mejor que te puede pasar.


Ahora mismo estoy pensando en coger el coche y no dejar de conducir hasta ver el mar, 
¿Vienes?


Eso me recuerda que Playetas me gusta demasiado para pensar que el día de mañana puedo no veranear allí.


Cuando llega el buen tiempo me engancho al calipo de lima-limón. Eso es un hecho.


No sé muchas cosas, pero sí sé que no sé vivir a medias.


Cuando paso por allí pienso que me gustaría que supieras muchas cosas que seguro que sabes aunque no nos podamos ver.


De momento sigo en Madrid. De momento me sigue gustando. Y de momento estoy bien.


Y ahora dejo de batiburrillear, que hoy ceno fuera con papá.





jueves, 21 de julio de 2011

Madrid con Eduardo Saverio

Madrid me ha dado mucho. Probablemente mucho más de lo que hubiera imaginado cuando vine. Hace poco leí en un tweet que hacer un máster a veces era más una excusa que una solución. Y me pareció que quien lo decía tenía mucha razón... Al fin y al cabo, yo vine a Madrid con la "excusa" de estudiar un máster. Sí, quería irme de Valencia. Sí, Madrid me parecía un buen destino. Y sí, quería estudiar algo relacionado con la publicidad. Pues eso, que yo vine a Madrid con la "excusa" de estudiar un máster. 


Y, de la misma forma que las cosas te pueden salir bien o te pueden salir no tan bien, a mi esta excusa, de momento, me está saliendo de maravilla. 


Madrid me ha dado lo que necesitaba en muchos aspectos. Me ha hecho sentirme como en casa (probablemente porque lo estoy...). Me ha hecho recordar las ganas que tenía de moverme. Me ha hecho enamorarme de la vida que desprende la ciudad en general y la gente que aquí vive en particular. Me ha hecho pasar momentos demasiado buenos y demasiado numerosos para describirlos en un post. Me ha hecho dar un pequeño (aunque no por ello menos importante!) giro a mi corta carrera profesional. Me ha hecho ser mucho más friki de lo que era (de hecho creo que antes de Madrid no lo era nada). Me ha hecho empezar este blog para poder contaros, entre otras cosas, todas las cosas que Madrid ha hecho por mi.


Pero Madrid me ha dado algo mucho, muchísimo más importante que todo lo citado anteriormente.


Esta semana vi una campaña de la nueva tónica de Kas que me encantó (y no solo porque sea una buena gin-toniquera, que también!). Pero, mejor que contaros de qué va, os dejo aquí el link para que la veáis y juzguéis vosotros mismos... Solamente os adelanto que la conclusión es que no importa qué estés haciendo, cuándo, ni dónde, sino con quién lo estés haciendo.
Hasta aquí nada nuevo, de la misma forma que nada más real. 


Madrid me ha dado muchas cosas, sí. Pero las más importantes tienen, sin lugar a dudas, nombres de personas. No es que los domingos por la noche acostumbre a llegar a conclusiones tan reveladoras... En realidad esto es algo que ya sabía pero, hoy, gracias a mi más que amigo Eduardo Saverio que ha tenido la genial idea de hacerme creer que se había vuelto a Ecuador sin despedirse (no le gustan nada las despedidas... ¿A quién sí?) me he dado cuenta de la realidad de todo esto. 


De repente Madrid no me parecía tan divertida, ni tan apetecible, ni tan bonita, ni tan nada. De repente, Madrid era triste, no me hacía sentir tan bien y hasta conseguía hacerme llorar (y hacía mucho tiempo que no lloraba por tener que despedirme de alguien...). 


Madrid, sin Eduardo Saverio, no va a ser la misma Madrid que a mí me ha dado tanto. Y eso sí es una realidad. 


Así que, gracias a todos los que hoy formáis parte de mi Madrid, esta Madrid que tanto me gusta y tanto me da porque sin vosotros no sería la misma y no la estaría disfrutando igual. Y sé que algunos de vosotros inevitablemente os iréis, nos despediremos y lloraremos... Pero hasta entonces nos quedan muchos minutos por delante para seguir haciendo lo que queramos, cuando queramos y donde queramos. Aprovechémoslos. Eso sí, juntos, que es lo que realmente va a hacer que esos minutos sean tan divertidos, tan apetecibles, tan bonitos, tan buenos y tan todo.




"Si yo se que tú eres, y tú sabes que yo soy, 
quién va a saber quien soy yo cuando tu no estés."

lunes, 11 de julio de 2011

Mirada desbaratada

Soy fruto de un "desbarato". Y eso está muy bien porque en estos momentos, hay una parte de mi persona que se considera total y (desde ayer) orgullosamente desbaratada.


Desde hace unos meses, concretamente desde que llegué a mis madriles, tengo la impresión de haber estado corriendo y corriendo y corriendo. Creo que no he parado ni un minuto. Tanto he corrido que casi olvido volver a escribir y eso no está tan bien porque me pasa que cuando dejo de escribir me pierdo. No sé si literal o mentalmente, pero me pierdo. Y cuando me pierdo, paro. Y cuando paro, me doy cuenta de lo perdida que he llegado a estar. Y entonces recuerdo "eso de escribir". Y entonces escribo. Escribo para volver a encontrarme. Y, en esas estamos, a ver si lo conseguimos. Sino, seguiré perdida un tiempo más que tampoco se está tan mal y más en estos tiempos que corren que es imposible perderse, pero ese ya es otro post...


Desde hace unos meses me pasé al lado de los iPhoneros en el cual reconozco sentirme feliz como una perdiz, como pez en el agua (y cualquier expresión que se os ocurra, pero que venga definida por un animal, por eso de no perder el hilo...) y del que espero no salir en mucho tiempo. Después de haber criticado en uno de mis más elogiados posts eso de la mala educación 2.0, estoy segura de que en más de una ocasión yo misma he provocado alguna situación de esas que me tenían frita. Desde aquí entono el "mea culpa" si alguien se ha sentido ofendido por ello, ya que el hecho de que yo misma haya sucumbido no quita que me siga pareciendo igual de mal y que me siga teniendo igual de frita. 


Una de las consecuencas de mi nueva adquisición es que estoy convencida de que ahora paso muchísimas más horas mirando el móvil que cuando tenía mi samsung táctil (eso sí) pero sin ningún tipo de conexión a intelné. Y es lógico. Es normal. Con el iPhone ahora puedo ver todo lo que quiero, cuando quiero y las veces que quiero. Y eso está muy bien. Y por eso lo miro tanto, pero ¿es eso realmente importante?


A Nacho le gustó de Sonsoles su mirada, su inocencia y el desbarato de persona que estaba hecha. Sonsoles estudió algo que ni fú ni fá, trabajaba en algo que no le gustaba y además (o precisamente por ello) no se le daba demasiado bien. Se la "pimplaba" (palabras textuales de Nacho) todo (para los de la logse, pimplaba: le daba igual) y además cuando se lo decías, se reía. Se reía de la misma forma que se ríe ahora cuando se lo recuerdas y Nacho la mira con la misma cara que entiendo la debía mirar entonces, de curiosidad, diversión e incredulidad. A Sonsoles se la "pimplaba" todo hasta que conoció a Nacho y Nacho muy astutamente pensó que si había conseguido despertar el más mínimo interés en aquella chica a la que todo se la "pimplaba", algo especial debía tener él y la desbaratada historia que podían vivir juntos debía merecer la pena. Tanto la mereció que, como decía al principio del post, fruto de este desbarato nací yo y posteriormente ni más ni menos que tres desbaratos más.


Yo siempre me he considerado un desbarato de persona en muchos aspectos, aunque desde ayer duermo más tranquila sabiendo que esto tiene un origen, una razón de ser y que te podrá gustar más o menos, pero al final somos de donde venimos y eso es algo que no podemos elegir. ¡Ojo! Que yo estoy encantada con mi desbarato personal. Probablemente lo estoy porque a mis 26 estoy viviendo una etapa de desbarato que en ocasiones me generaba cierto desasosiego, pero que ahora solo me genera mucha tranquilidad.


Lo que me preocupa es, que si Sonsoles hubiera tenido un iPhone por aquel entonces, se habría pasado mucho tiempo mirándolo (igual que a día de hoy mira su iPad) y todo ese tiempo no lo habría podido invertir en mirar a Nacho como lo hacía. 
Igual que a día de hoy probablemente no se miren tanto por lo mismo (Sonsoles tiene un iPad y Nacho idem más un iPhone para más inri) y no sé hasta que punto invertimos demasiado tiempo en mirar cosas que no sé si tienen demasiada importancia.


Al hilo de todo esto, recordé que yo misma casi me había olvidado de mirar. Como decía, tengo la impresión de llevar muchos meses corriendo y de no haber tenido tiempo de parar ni un minuto, y por el camino (y a falta de descansos...) creo haber olvidado muchas cosas como ésta de escribir y ésa de mirar...


Y ayer recordé que la última vez que miré a alguien de verdad, ese alguien compartió 3 años de su vida conmigo. Y eso sí es importante. Y eso está muy bien. 


Así que, de vez en cuando, tomémonos un minuto (o dos), paremos, miremos y empecemos a escribir desbaratos de historias. O historias desbaratadas. O como lo queráis llamar. Llamarlo a vuestra manera. Pero empecemos, que por algo hay que empezar...


"Se pueden elegir las palabras, pero no la forma de mirar"
Anónimo

lunes, 9 de mayo de 2011

Érase una vez...

Últimamente lo pienso bastante. Me imagino que será porque en cierto modo estoy metida en todo el meollo. Lo pienso mucho. Tanto que llegué al punto de copiar en mi muro de facebook (por primera vez en la historia y sin que sirva de precedente) un párrafo de ésos que al final dicen algo así como "si tú también lo piensas o si te sientes súper guay después de haber leído esto cópialo en tu muro". Es en ese momento cuando la gente empieza a copiar desaforadamente el mensaje en cuestión como si no hubiera un mañana... Y es en ese momento cuando yo suelo ponerme de los nervios porque no termino de entender ese "desaforamiento" y no encuentro nadie que me lo explique... 
Pero, llegó un día en el que leí algo que, repito, por primera vez en la historia y sin que sirva de precedente, no pude evitar copiar. Y no pude porque me sentí tremendamente identificada. Os copio aquel texto que decía así:


"Si creciste con comida casera, montabas en bicicleta, patines o monopatín sin casco, te daban una bofetada si te portabas mal, tenías una tele con 2 canales y había que levantarse para cambiarlos, rebobinabas las cintas de música con un boli, las tiendas cerraban los Domingos y saliste NORMAL, pega esto en tu muro para demostrar que sobreviviste..."


Por supuesto, la mejor parte es esta última "pega esto en tu muro para demostrar que sobreviviste...". Gracias a aquello numerosos mensajes colapsaron mi buzón de entrada mostrando la alegría y el alboroto de la gente al comprobar que había sobrevivido, pues antes de hacer el copy-paste daban por hecho que estaba muerta...


En fin, el caso es, que menos por lo de los 2 canales de la tele, me sentí tremendamente identificada. A día de hoy, tengo que reconocer que sigo creciendo (sí, sigo creciendo... es lo que tiene ser tan joven...) con comida casera gracias a que en mi casa se cocina mucho y muy bien. Pero, el resto de las cosas parecen de la prehistoria y, en cambio, cuando las pienso parece que son cosas que hacía ayer mismo...


Cosas como correr por el pasillo como loca huyendo de esa mano que sabías que por mucho que corrieras inevitablemente iba a terminar en tu culo dejándolo rojo y dolorido. Cosas como levantarme para cambiar los canales de la televisión, aunque reconozco que en mi época eran más de dos (ya sabéis, soy tan joven...). Cosas como montar sin casco en cualquier cacharro que tuviera ruedas. O cosas como lo de rebobinar las cintas de música con un boli, que fue una de las que más recuerdos me trajo...


Y fue así entre otras cosas por lo siguiente...
'Dirty dancing' es una de mis películas favoritas, y desde la primera vez que la vi siempre quise tener LA canción. Sí, la canción de la escena final. Sí, esa que todos sabéis. Esa en la que Patrick le dice a Baby que no va a permitir que la arrinconen y nos regalan el súper baile que llevas toda la película esperando. Pues esa. Pero claro, en aquella época, ni youtube, ni spotify, ni internet, ni ordenador... ¿Qué es eso? 
Por aquel entonces te tocaba ser súper ingeniosa y [A partir de aquí os recomiendo que leáis el resto del párrafo con tono acelerado, ese que no te deja ni respirar...] coger el radio-cassete tamaño XXL, rebobinar con un boli la cinta en la que quisieras grabar, poner el radio-cassete tamaño XXL al lado del altavoz de la televisión, darle al play a la película con el volumen al máximo a la vez que le debas a 'rec' (aquel botón rojo...) en el radio-cassete tamaño XXL y salir corriendo de la habitación para que ningún ruido externo interfiriera en tu preciadísima grabación. Uf! Me he cansado solo de escribirlo... Igual que os habréis cansado solo de leerlo si habéis seguido mis indicaciones...


Pues, después de hacer todo eso, volvías a rebobinar la cinta y cuando le dabas al play y escuchabas LA canción (eso sí, con una calidad digna de aquella época y con diálogos de la película intercalados...), sentías una felicidad... Una felicidad inmensa. Qué trabajo más laborioso, cuánto ingenio derrochado y qué recompensa más maravillosa.


No es mi intención hacer un alegato en contra de las nuevas tecnologías que nos facilitan el día a día de una forma escandalosa que nunca hubiéramos imaginado. No, no es mi intención. Pero, este fin de semana pude disfrutar de la compañía de dos de mis primos con los que además de disfrutar la noche madrileña estuve recordando numerosas cosas de la infancia... Lo que me hizo recordar esto que os cuento y más cosas que nos hicieron reír hasta llorar. Cosas como las cabañas que hacíamos en verano que cuidábamos y limpiábamos como si fueran nuestras casas. Cosas como jugar a "pi uno-uno-uno" (una especie de escondite...) durante horas sin aburrirnos. Cosas como reunirnos todos en el parque y que la mayor diversión fuera tener una moneda para poder sacar una coca-cola de la máquina (esto era el subidón de la noche...) mientras hablábamos y hablábamos y reíamos y reíamos. Tan sencillo como eso y tan complejo en los tiempos que corren.


Como decía, no es mi intención hacer un alegato en contra de nada. Simplemente, dejar constancia que tal y como decía en el texto del principio no solo sobreviví a todo eso, sino que gracias a todo eso tuve una infancia de lo más feliz y no la cambiaría (ni por asomo...) por una infancia rodeada de pantallas, acceso inmediato e ilimitado a Internet, conversaciones online, redes sociales y todas las cosas que me rodean a día de hoy y que irónicamente me hacen tan feliz. He dicho. Y dicho esto, hasta la próxima (desde un blog, feliz y orgullosa).

lunes, 18 de abril de 2011

Pues así...

Así como cuando no te apetece nada cumplir el cuarto de siglo y aún así pasas uno de los mejores cumpleaños. Pues, así empezaron mis 25.


Así como cuando sabes que tienes que dar el siguiente paso, no terminas de decidirte y finalmente lo das. Pues, así.


Así como cuando echas de menos los veranos Santillana y decides disfrutar de uno una vez más. Pues, así.


Así como cuando algo hace click en tu interior y te recuerda las ganas que tenías de hacer cosas que la rutina casi consigue que olvides. Pues, así.


Así como cuando haces amigos de muchas partes del mundo que nunca vas a poder olvidar. Pues, así.


Así como cuando tomas decisiones importantes. Pues, así.


Así como cuando llegas a la ciudad que te vio nacer y te sientes como en casa. Pues, así.

Así como cuando te adentras en el fascinante mundo de la comunicación, el marketing y la publicidad. Pues, así.

Así como cuando empiezas un blog. Pues, así.

Así como cuando vuelves a la dura vida del estudiante y te adentras en tu segunda juventud. Pues, así.


Así como cuando te juntas con la ONU y te hacen pasar los momentos más divertidos e inolvidables junto a ellos. Pues, así.


Así como cuando formas parte de una bonita vecindad y el simple hecho de pertenecer a ella te hace feliz. Pues, así.


Así como cuando sientes la necesidad de empezar a hacer algo más productivo con tu vida y finalmente lo haces. Pues, así.


Así como cuando no te apetece nada cumplir los 26 porque eso significa que vas peligrosamente camino de los 30. Pues, así.


Así como cuando te encuentras en un momento en el que no tienes ni idea del rumbo que va a tomar tu vida. Pues, así.


Pues así, este año ha dado para mucho. Puede que para demasiado. Pero al final es como cuando vas por la calle andando, escuchando buena música, piensas en algo y sonríes... Pues así.


Así llego a mis 26 y solo me queda daros las gracias a todos los que habéis formado parte de mis 25 porque sin vosotros no hubieran sido lo mismo :) 


Así que el año que viene, más y mejor. Gracias!

sábado, 16 de abril de 2011

Mi generación

" - Hola, ¿Qué edad tienes?
  - 25.
  - ¿Y qué haces?
  - Estudio un master.
  - Ah, pensaba que ni. ¿Haces algo más?
  - Si, también trabajo.
  - Ah, perdona. Pensaba que ni."


No, no soy yo, que también. Este es el perfil de la mayoría de las personas que hay a mi alrededor. Ni ni, ni nada. Trabajar, estudiar o ambas cosas a la vez.


Que las cosas están mal ya lo sabemos. Que hay crisis, estamos más que aburridos de escucharlo. Que la gente que está terminando estos años sus estudios, lo está haciendo en el peor de los momentos, es una realidad.


Pero, ¿Qué es eso de la generación ni-ni? ¿Qué es eso de que los jóvenes de hoy en día no quieren hacer nada? ¿Que no se esfuerzan? ¿Que no se mueven? ¿Que no nada? Que ni-ni, vamos.


Si eso fuera así, lo peor de todo es que habría que entenderlos porque la situación está, literalmente, para desmotivar a cualquiera... Pero, es que encima, miro a mi alrededor y solo veo gente joven, preparada, con inquietudes, ganas, inseguridades y preocupación. Preocupación por el futuro incierto que les espera ya que la sociedad, en muchos casos, no está en situación de poder ofertar puestos de trabajo acordes con su preparación, conocimientos y experiencia. 


Aún así, los jóvenes se mueven, van, vienen, estudian, trabajan, hacen el pino si hace falta o la voltereta lateral cuando se sienten más inspirados. Aceptan trabajos como becarios o en prácticas sabiendo que, en muchas ocasiones, están preparados para optar a un puesto mejor. Y lo que ya es el colmo, mienten en sus cv quitándose formación o experiencia para poder optar a puestos de trabajo a los que de otra forma no podrían acceder por estar "sobre cualificados". 


Sinceramente, me quedo muerta. Pero así están las cosas. Y así estamos afrontando la situación. Probablemente unos mejor que otros. Pero sé que nos estamos moviendo. Sé que estamos haciendo cosas por intentar tener un futuro mejor. Sé que no estamos parados esperando que la divina providencia nos provea de algo mejor. Estamos intentando ganarnos ese algo por nosotros mismos.


Por lo que, señores, aquí hay de todo menos ni-nis. Que haberlos los habrá, claro. Los habrá, como probablemente haya habido en otras generaciones, pero no deberíamos permitir que se generalice esa percepción de la juventud de hoy en día. No, porque no es real.


Así que, este post os lo dedico a todos aquellos que como yo nos hemos sentido indignados cuando alguna vez nos han metido en el saco de los ni-nis al cual no pertenecemos ni tenemos intención alguna de pertenecer. Por vosotros, por mi, por todos... ¡Ánimo! Y a seguir moviéndonos...


"Vivir es esforzarse"
Anónimo

viernes, 25 de marzo de 2011

Repito, dame tu facebook...

Repito, no, gracias.

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Dicen. Vamos a comprobarlo.

El otro día dije que alucinaba con la obsesión que tiene la gente con querer ser tu amigo en facebook (y de nuevo repito, llámalo facebook o llámalo equis...) 

Aún recuerdo cuando empecé mi andadura feisbukiana, previo e imprescindible paso por el mundo tuentitero durante mi más tierna juventud (la primera, la juventud, se entiende).
Recuerdo que no me gustaba nada. Entre otras cosas, solo estaba en inglés (sí, no pongáis esa cara, aunque ahora no queráis reconocerlo, en aquel momento eso nos tiró pa'atrás a más de uno y a más de dos...), y además mis más amigos de mi más tierna juventud pasaban su vida virtual en Tuenti. Por lo que mi entrada en Facebook fue lenta, pero segura. Vamos, como todas las cosas buenas de la vida...

Ahora, en Facebook me pasó algo que no recuerdo que me pasara en Tuenti, aunque no encuentre lógica alguna para ello. Me empezó a "solicitar amistad" (...) muchísima gente. Gente que hacía años que no veía (esta parte incluso me hace ilusión), gente que no conocía ¿?, gente que solo conocía de vista ¿?, gente que conocía, pero con la que no tenía ningún tipo de relación ¿¿??, gente que conocía, con la cual tenía relación, pero ésta no era especialmente buena ¿¿¿???

El caso es que yo, en mi profunda inexperiencia por el nuevo mundo (y encima en inglés! ojo!) iba aceptando todas mis "solicitudes de amistad". Quizá en español no hubiera aceptado tantas... Quizá si hubiera entendido lo que quería decir "Friend request" no le hubiera dado a todo "Yes", así como cuando durante mi segunda juventud (que todos conocéis...) solía decir "Sí", "Yes", "Oui" fuera en el idioma que fuera a todas las cervezas que me proponían. Fueran cuantas fueran. Pues así.

Pero así fue y así mi lista de amigos llegó a ser numerosísima. Nunca he tenido problemas con eso. Es decir, no es que llegara al punto de que me salieran amigos por todas partes como al chico de los Donettes, pero tampoco me ha ido mal. Soy una persona más que sociable. Es así. Qué le vamos a hacer. Así que cuando empecé a tener un poco de cabeza (al menos un poco más que en mi más tierna juventud) hice lo que toda persona con un poco de cabeza hubiera hecho. Un filtro. Un buen filtro. Reconozco que yo soy del tipo de persona que comparte en Facebook muchas, muchísimas cosas. Te podrá parecer mejor, te podrá parecer peor, pero es así y es mi facebook. Es mi "pasen y vean" particular.

¡Ojo! Respeto mucho, muchísimo a la gente que está encantada de compartir su vida con miles de personas y cuantas más mejor. Lo respeto, pero no es mi caso. Y como no lo es, hice el filtro. Y bueno, ¿Qué has hecho? Me vuelvo a acordar del chico de los donettes "Haz un filtro y te saldrán enemigos con mensajes de indignación y cabreo por todas partes". En serio, si no lo habéis hecho os recomiendo que lo probéis. Es divertidísimo. Aparte de increíble.

Querido "enemigo", te cuento. Si te quito de mi lista de "amigos" en una red social no es porque me caigas mal. No es que tenga nada contra ti. Simplemente es que probablemente no seamos amigos y de la misma forma que seguramente no tenemos ningún tipo de relación fuera de Facebook, ¿Por qué íbamos a tenerla en Facebook? No lo entiendo.
Si tenemos que ser amigos, seámoslo en la vida real que es como realmente (como su propio nombre indica) se conoce a las personas. Y por lo otro, tranquilo. Eso vendrá solo.

Lo dicho, reconozco que he hecho más de un filtro en esta vida y os recomiendo que lo probéis. Pero, también reconozco que probablemente debería hacer alguno más y de momento no me animo. Quizá sea porque mi cupo de enemigos está lo suficientemente cubierto como para que todavía no me hayan entrado ganas de que me vuelvan a salir por todas partes, por muy divertido que esto pueda llegar a ser. Y os aseguro que lo es.

martes, 22 de marzo de 2011

Dame tu facebook...

No, gracias.

Alucino con la obsesión que tiene la gente con querer ser tu "amigo" en Facebook (llámalo facebook o llámalo equis... Me refiero a cualquier red social).

Ayer nos dio clase una persona que trabaja en Tuenti y estuvimos toda la tarde inmersos en la locura de las redes sociales. Clasificamos a la gente en grupos según su participación en las mismas. Yo creo que, fácilmente, entraría en los "Adorer" o "Heavy users". No me avergüenzo, no pasa nada. Que las redes sociales han sido un boom no es un secreto para nadie. Que cada vez más gente pasa más tiempo en ellas, tampoco. Que nos gustan, que nos divierten, que nos entretienen, le pese a quien le pese, es un hecho.

Las redes sociales se han ido convirtiendo, poco a poco, en plataformas que las personas utilizan para comunicarse entre sí. Esto está muy bien (a mi me lo parece), pero me alucina cuando escucho que hay casos en los que la gente habla más online que offline ¿Adónde vamos a llegar? Este no es mi caso, no por nada. Como ya os he dicho me considero, fácilmente, una "Adorer" o "Heavy user", pero los que me conocéis bien (y no tan bien... En realidad no hace falta conocerme bien para saber esto...) sabéis de sobra que con lo que hablo esto sería prácticamente inviable...

Bueno, a lo que iba, que me lío con mi característica forma encantadora de liarme cuando empiezo a hablar y no llego a donde quiero llegar.

Tuvimos otra clase, el nombre de la cual no recuerdo debido a mi corta memoria, en la que estuvimos debatiendo el por qué del éxito de las redes sociales. Fue bastante interesante porque, si te pones a pensarlo, no se entiende mucho por no decir nada. Nuestra sociedad siempre había tendido hacia el individualismo, al "yo, me, mi, conmigo", a la auto-suficiencia... Y, de repente, empiezan a aparecer las diferentes redes sociales y se convierten en un boom. Algo está pasando. Algo nos estamos perdiendo.

Meterte en una red social, es como volver a salir a la plaza del pueblo, es un "pasen y vean" y lo peor es que te suele gustar que la gente pase y vea. Repito, algo está pasando. Es evidente que ésta no es la misma sociedad que tendía al "yo, me, mi, conmigo".

Nos explicaron aquel día, que habíamos llegado al límite del individualismo. Y una vez llegados al límite, volvimos a necesitar comunicarnos unos con otros, volvimos a necesitar relacionarnos, volvimos a necesitar compartir, opinar, participar, volvimos a necesitar formar parte de algo. Así como cuando formas parte de un pueblo en el que la gente te conoce y cuando pasas por la plaza pueden decir "Ese es de fulanito" (haciendo referencia al mítico "¿Y tú de quién eres?") Pues así. Eres de alguien. Eres de algo. Y eso nos gusta. Al menos, de momento.

Parece que en las redes sociales hemos encontrado todo eso que habíamos ido perdiendo. Parece.

Lo que sí que está pasando, es que estamos asistiendo a una sobrecomunicación. Porque, no sé vosotros, pero yo hablo por gmail, facebook o leo diariamente tweets de gente a la que veo todos los días. No, claramente esto no es nada necesario. Pero aún así, lo hacemos. Nos entretiene. Nos divierte. Nos distrae. Nos gusta. Otra vez.

Como decía antes, de momento nos gusta. Pero, sinceramente, me gustaría saber cuanto tiempo más nos va a seguir gustando.



"Cuando alguien habla demasiado,
sus palabras suenan sin oírse."
Konrad Adenauer

jueves, 24 de febrero de 2011

Lata latina

Tengo que confesar algo. Bueno, seguramente tengo más de un algo que confesar, pero este algo en concreto me da pie para empezar el post. Soy adicta al poleo-menta. No sé cómo ni cuándo pasó porque nunca he sido muy de infusiones, pero pasó. Pasó hasta el punto de que alguien llegó a llamarme "la tonta del poleo". No me importa reconocerlo. Es más, gracias a aquel ingenioso sobrenombre estos días me ha venido a la cabeza, así como por arte de magia, otro más acorde con los tiempos que corren. 
Y no es porque ya no sea adicta al poleo. No. Lo sigo siendo. Solo que ahora me están pasando cosas. Muchas cosas. Cosas que me han hecho pensar que podía ser un buen momento para auto-cambiarme mi tan acertado sobrenombre. 

Desde hoy, y con vosotros, 14 fieles seguidores (Sí, habéis leído bien ¡14! ¿Veis? ¡Lo que os decía! El número sigue disparándose de forma escandalosa... ¡Una barbaridad! ¡Un sinsentido! ¿Dónde quedó aquel triste DOCE?) por testigos, reconozco que estas semanas he sido "la tonta de las entrevistas".
Como ya sabéis, ando encantada con mi segunda juventud. Pero, entre nosotros, ya tenía ganas de empezar a hacer algo productivo con mi existencia. Repito, entre nosotros.

Siguiendo el procedimiento lógico en estos casos, envié como milquinientos currículums (para los de la Logse: Es una forma de hablar, evidentemente no fueron tantos... Aproximadamente serían unos milcuatrocientosnoventaynueve) y para mi sorpresa, teniendo en cuenta lo mal que están las cosas, me llamaron... ¡Qué ilusión la primera entrevista! Que si qué me pongo, que si cómo me comporto, que si será mejor hacerme la simpática, que si será mejor que me vean seria, que si me pongo mi o'clock amarillo (del cual confieso estar locamente enamorada) o será muy cantoso (¡Qué demonios! Soy de diseño, ¡Qué se vea! Para al final terminar quitándomelo...) 

En fin, como decía... ¡Qué ilusión la primera entrevista! 

Pero debe ser que mi currículum tiene muy buen karma (lo sé, algo totalmente inexplicable. Yo también sigo dándole vueltas. Quizá sea todo el buen karma que me falta a mi, ¡Quién sabe!) porque después de la primera entrevista llegó una segunda, a la que siguió una tercera, y una cuarta que correspondía a una continuación de la segunda, y una quinta que llegaba de nuevas, igual que la sexta y hasta ¡una séptima! (y probablemente alguna que me haya dejado olvidada por el camino porque mi memoria no da para más). 

Llegó un punto que en casa perdimos la cuenta de las entrevistas y se produjo una situación bastante cómica cuando Julia (Sí, la misma. La dueña de mi perra a la que hay días que quiero matar) asombrada porque tuviera mi quinta entrevista en apenas un par de semanas comentó en la mesa "¿En serio? ¿Tienes otra entrevista? Pero si ya has hecho como cinco", a lo que mi padre (los padres, esas personas que están siempre a tu lado apoyándote tanto en los buenos momentos como en los malos) muy acertadamente contestó "Sí, pero no tiene 5 trabajos". Sí, mi padre. Animándome, a su manera, pero animándome que al fin y al cabo es lo importante.

Así que muy animadamente seguí mis entrevistas, una tras otras, sin prisas pero sin pausas y con las mismas dudas que me asaltaron en la primera... Que si qué me pongo (he llegado a tener hasta un vestido que más de una bautizó como "el vestido de las entrevistas" ¿Dónde vamos a llegar?), qué si cómo me comporto, que si será mejor hacerme la simpática y el largo etc. que sigue. En serio. Ha sido toda una experiencia. Creo que después de las horas invertidas en estas semanas me he ganado a la fuerza el título de experta en entrevistas y como experta que soy, os daré consejos y contaré anécdotas más que curiosas en otro post.

De momento el lunes empiezo mi nueva andadura profesional en la agencia de publicidad lata latina. La primera vez que me llamaron entendí "La latina" y a mi madre le dio un fritango y casi no me deja ir a la entrevista al grito de "¡Lo que te faltaba! ¡Trabajar en La Latina!". No mami, eso tampoco estaría mal. Pero no. 
Creo que en lata latina voy a estar más que a gusto y, sobre todo, estoy más que contenta. Y, lo que es aún mejor, ¡Por fin se terminaron las entrevistas! Al menos durante los tres próximos meses...




"Si tu trabajo no supone una diversión, trabaja lo indecible para divertirte."
No sé de quién es



viernes, 18 de febrero de 2011

Doce

Cuando empezaba a pensar que esto de tener un blog era más divertido de lo que creí en un principio, me he dado cuenta de que llevo unos días sintiendo un "no sé qué" (de esos de los míos) que no sé ni como explicar (me suele pasar), pero que no es un "no sé qué" positivo ni de lejos (esto me resulta familiar...) 


El caso es que creo que es algo parecido a un ligero cargo de conciencia (ligero, pero cargo de conciencia al fin y al cabo) por no haber escrito en los últimos doce días. Doce. Que se dice pronto, pero son doce días. Con sus noches. Doce días. Y no me gusta. De hecho no me gusta nada. No solo tengo que hacer un blog, sino que además tengo que sentir cargo de conciencia por no mantenerlo todo lo actualizado que debería. O, más bien, todo lo actualizado que me había propuesto. Lo dicho, no me gusta. 


Eso sumado a la presión que me está generando que el número de seguidores se haya disparado de manera escandalosa en los últimos tiempos. Nada más ni nada menos que ¡de cero a doce en menos de un mes! Doce, otra vez. Lo mismo. Se dice pronto, pero son doce seguidores. Con sus nombres y sus apellidos. Doce. Una barbaridad. Un sinsentido. 


No es que tenga mucho más que decir esta noche. Sí, es viernes. Sí, son las dos de la madrugada. Sí, estoy en Madrid. Y sí, la noche es joven y yo también. Sí, todo eso lo sé y aún así aquí estoy escribiendo este post. Sí, yo también puedo sentirlo. Hay algo que no va bien. Debe ser este maldito cargo de conciencia.


Seré sincera. No siempre voy a tener cosas interesantísimas que contar aunque ya os tenga acostumbrados a ello. Así que este post lo escribo egoístamente por mi, para poder dormir más tranquila esta noche. Bueno, por mi y por mis doce seguidores. Incondicionales seguidores que ahí se mantienen impertérritos (para los de la Logse: Impertérrito, que no se asusta ni se altera por nada) a pesar de la escasez de letras en los últimos doce días. No sé si yo hubiera aguantado tanto. Por ello, doce veces gracias y doce besos de buenas noches.




"Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo."
Marco Tulio Cicerón

lunes, 7 de febrero de 2011

Eso 2.0

Llevo mucho tiempo queriendo ponerle nombre a eso. Numerosas situaciones en las que he tenido (y tengo) que aguantar eso. Muchas veces las que he odiado eso. Llevo mucho tiempo queriendo ponerle un nombre y por fin lo he encontrado. Lo he encontrado gracias a un artículo que debido a mi desastrosa (aunque encantadora) forma de hacer las cosas, no encuentro. Cómo odio eso. Pero bueno, vayamos de uno en uno, que se me acumulan los odios. El nombre que mejor describe eso es, sin lugar a dudas, Mala educación 2.0 (aquí me encantaría poder enlazar aquel artículo... Definitivamente odio no poder hacer eso).

Desde que llegué a Madrid, empecé a estudiar lo que estudio y me empecé a juntar con los diferentes ruinas, grecas y frikis que me junto, estoy frita con eso. Sé que no soy la única, sé que más de uno cuando me lea se sentirá identificado con lo que siento (aunque somos los menos), igual que sé que más de dos y de tres (si es que hay tanta gente leyéndome) se sentirán totalmente descritos en este post. 

Si tú eres uno de los que te sientes descrito, deberías saber que si quedo contigo a tomarme un café, una cerveza, a comer, a cenar, a dar una vuelta, a esto o a lo otro, no puedo saber si nos gustará el café, si una cerveza llevará a otra (...), si comeremos bien, si la cena saldrá cara o si esto o lo otro será divertido o aburrido. Pero hay algo que te aseguro que sí sé. Sé que quiero estar contigo. Es así de simple. Quiero estar contigo, no con tus conversaciones de chat, no con tus emails, no con tus tropecientos "amigos" que tienes en facebook, twitter o en las diferentes redes sociales que sueles frecuentar. En serio, sólo quiero estar contigo. Es así de simple y (por lo visto) así de complicado a la vez en la sociedad que vivimos actualmente. 

Ya no nos vale con estar conectados solamente desde el ordenador. Ahora tenemos que estar conectados todo el tiempo, a todos los sitios y desde cualquier lugar. La famosa revolución de Internet móvil. Lo cual está fenomenal. Está claro que no vamos a volver a las cuevas de Atapuerca a comunicarnos mediante pinturas rupestres. No, tenemos que avanzar al ritmo que avanza la tecnología. Es decir, a un ritmo vertiginoso. Y repito, está fenomenal, mola, es para flipar, vamos... supercalifragilisticochachipirulimegaguay, siempre y cuando no me hagas odiarlo. Me explico, ya sea tanto por temas de trabajo como de ocio propio (que es igualmente válido), el uso constante de Internet en el móvil debería estar limitado a los momentos que pasas solo (para los de la Logse: Solo, contigo mismo, no conmigo ¡ojo! No es lo mismo). Solo o con más gente, pero con la que estés compartiendo lo que sea que estés viendo.

Lo contrario es precisamente eso que odio tanto y que gracias a aquel artículo que estará en algún lugar (¿?), bautizo desde ya con el nombre de "Mala educación 2.0".
Al hilo de todo esto, esta semana me encontré con esta "medio idea, medio campaña, medio movimiento" que sirve para dar a entender a los demás que has apagado tu móvil para prestarles atención. Gracias. Si quiero estar contigo... qué menos, ¿no?

Aquí os dejo el vídeo de presentación para que juzguéis vosotros mismos. A mi, personalmente, me encantaría tener varias servilletas de esas para poder ofrecéroslas muy amablemente cuando estemos tomando un café, una cerveza, comiendo, cenando o haciendo esto o lo otro... Además, las servilletas llevan fibras de plata en su composición que bloquean las llamadas entrantes. ¡Ya veréis qué divertido!

Y para terminar voy a hacer uso del hashtag #yoconfieso (para los no-usuarios de Twitter, independientemente de la Logse: hashtag es una etiqueta que se le pone a un tweet para poder clasificarlo por un determinado tema). En este caso vendría a ser algo así como "Desde hace un par de semanas, llevo una bb (BlackBerry) #yoconfieso".

De momento lo confieso, pero no sé si termina de gustarme. Después de dos semanas, no sé si me acostumbro a que tus contactos den por hecho que estás en línea 24h. En serio, hay momentos en los que quiero estar sola. Y en los que, por el contrario, quiero compañía o comunicarme con alguien, prefiero escuchar tu voz o el sonido de un mensaje, que estar chateando. Lo dicho, no sé si me acostumbro. Mi opinión, he dicho. Y dicho esto, solo me han quedado ganas de perderme un par de días por algún recóndito lugar en el cual no exista eso de estar en línea.



"Para hacerse comprender lo primero que hay que hacer con la gente es hablarle a los ojos."
Napoleón









domingo, 30 de enero de 2011

Diseño en Madrid: Combinación perfecta




Esta semana he hecho muchas cosas. Muchas. A pesar del paro. Muchas cosas. 


Entre otras, empezar este blog. Ya sabéis, por aquello de la comunicación, el online, el in, el on, el out, el off y el uf! 
He empezado a buscar trabajo y he hecho una entrevista. ¿Estará cerca el final de mi segunda juventud :o? Si así fuera, ha sido un verdadero placer haberte conocido. No me importaría nada volver a coincidir contigo o con posibles futuras versiones (véase juventud 3.0) en esta vida.
También tengo que reconocer que he querido matar a mi perra varias veces, con su consiguiente cargo de conciencia por lo del maldito karma... (qué os voy a contar a estas alturas!)
Ayer estuve todo el día de mudanza ayudando a unas compis. Ellas piensan que fue por hacerles el favor, pero ahora que recuerdo lo egoístas que somos por naturaleza, seguramente (y de forma inconsciente, claro...) solo fue por intentar acumular el buen karma perdido en el punto anterior. Seamos sinceros. Soy sincera. Es así.
He salido un par de días (menos de los que me gustaría) a correr con mis Nike Running. Son, sin duda, de los mejores momentos que paso aquí en Madrid conmigo misma.


Pero, sobre todo, lo que he hecho es seguir descubriendo Madrid y seguir comprobando que cuanto más la conozco, más me gusta, más me engancha, más me llena y más de tó.


Hoy sin ir más lejos, he ido a ver una exposición de diseño para recordar mis orígenes más industriales...

Y ésa es una de las cosas que más me gusta de Madrid, que siempre hay algo que hacer. Cuando he llegado esta mañana a casa cansada y con ganas de nada y de mucho sofá, he encontrado navegando con mi mac que hoy era el último día de una exposición llamada "Diseño. Grandes éxitos." Sí, el último día. As always

Los que ya me conocéis sabéis el desastre de persona que puedo llegar a ser. Los que no me conocéis tanto, deberíais saber que tengo una forma desastrosamente encantadora de dejarlo siempre todo para el último momento. Así que el último día y en el último momento he pasado uno de los mejores ratos desde que llegué a mis madriles recorriendo diseños que han marcado nuestra vida y que nos han condicionado de una u otra forma.


Porque, ¿Quién no ha desayunado galletas María, no ha pintado con los lápices Alpino en su más tierna infancia, no ha tenido un boli Bic (y mas de uno!), no ha llevado una caja de Juanolas en el bolsillo o más recientemente no ha tenido alguno de los numerosos i de Apple en sus manos (ipod, iphone, ipad...)?

Diseños que todos conocemos, que han formado parte de nosotros y que cuando ves no puedes evitar una sonrisita a veces divertida y otras (las más) nostálgica...

Me ha encantado la exposición porque me encanta el diseño, pero esta exposición os hubiera encantado a todos. Una pena no haber ido antes para poder recomendarla. Prometo intentar cambiar mi desastrosa forma de dejarlo todo para el último momento, por muy encantadora que ésta pueda resultar.

De momento, para medio compensarlo, os dejo unas fotos de la exposición para intentar, aunque sea a través de la pantalla del ordenador, sacaros alguna sonrisita del tipo que queráis. Siento que no sean más y de mejor calidad, pero a la tercera foto un hombrecito amabilísimo con cara de querer hacer muchísimos amigos conmigo, me ha informado igual de amablemente que estaba prohibidísimo tomar fotos... ¡Una pena!








"El buen diseño es aquel que mejora la capacidad de ver y entender."
Enric Satué




jueves, 27 de enero de 2011

Maldito karma

Hay días en los que mataría a mi perra. Es así.
No son todos los días, solo algunos, aunque no por ello el sentimiento pierde intensidad. 
Es así y así lo digo, abierta y fríamente.


Tengo que reconocerlo, a pesar del disgusto que le supondría a Julia (para los de la Logse: Julia, mi hermana pequeña y dueña de la perra en cuestión), hay días que no puedo evitarlo. Para los que ya habéis empezado a juzgarme, aclaro algo: La perra es de Julia, sí, pero cuando da por saco, nos da por saco a todos. 


En casa solemos bromear con este tema. Sí, con el de matar a la perra, y no es porque seamos unos sádicos, sino porque más de un miembro de mi familia comparte mi sentimiento aunque no tenga blog para expresarlo... Así que cualquier día de estos, se quedará la ventana abierta (sin querer, claro) y al primer perro que pase por la calle, ésta se lanza y "uy, ¡ha sido un accidente!" (claro...)


Lo peor es que yo no me siento culpable por ello. Bueno, me auto-corrijo... No me sentía culpable por ello. 


Ahora todo es diferente, porque ahora estoy leyendo "Maldito karma". Maldito libro. Me tiene frita.


Ahora resulta que gracias a él, sé que si no acumulas suficiente "buen karma" a lo largo de tu vida, cuando mueres corres el riesgo de reencarnarte en un animal. Cualquier animal. Y cuando digo cualquier me refiero a una gran y variada escala desde una hormiga hasta una vaca pasando por lombriz, escarabajo, conejillo, ardilla, gato, perro...


Entiendo que algún amante de los animales se pueda sentir ilusionado con la idea. A mi, solo imaginarlo me genera un 'no sé qué' que no sé ni explicar. En cualquier caso, no es un 'no sé qué' positivo ni de lejos.


Y siento decíroslo así, pero estamos jodidos... Porque ¿Cuánto buen karma habéis acumulado hoy? Me imagino que más o menos el mismo que yo. 
Reconozcámoslo, somos egoístas por naturaleza. Es así.


La parte positiva para vosotros es que si todavía no lo habéis leído, podéis seguir en el limbo de la felicidad que conlleva la ignorancia, ¡bendita ignorancia! (ya perdida para mi, claro...) 


Sé que cuando se habla de un libro suele ser para recomendarlo, pero ya sabéis, las cosas a mi manera. Así que, en este caso os recomiendo fervientemente que NO leáis este libro. A los que ya lo habéis hecho, solo puedo decir que lo siento por vosotros, perdón, Nosotros. 


Nuestros pensamientos "malvados" nunca volverán a ser tan placenteros. Nuestras acciones "malvadas" nunca volverán a ser tan divertidas. Y la vida en general será más aburrida.


Por todo ello gracias, David Safier. 





"Esperar que la vida te trate bien porque seas buena persona es como esperar que un toro no te ataque porque seas vegetariano."
Dennis Wholey


lunes, 24 de enero de 2011

A mi manera

Hoy, lunes 24 de Enero del 2011 estreno blog. Un día tan bueno como cualquier otro para empezar a escribir online (aunque ya lo hiciera offline anteriormente...). Esto me pasa por estudiar un máster en comunicación, que conlleva estar todo el día comunicándose, todo el día online, todo el día in, on, out, off... uf! 


Todavía no sé si la experiencia me va a gustar, si seré capaz de mantenerlo actualizado (sino diariamente, sí semanalmente) pero prometo intentarlo, que a lo mejor no es mucho pero ya es algo.


Tampoco tengo muy claro aun de qué cosas voy a hablar. Puede que sobre diseño, o sobre viajes alrededor del mundo, quizás sobre vino, tal vez sobre publicidad, a lo mejor sobre vosotros... En fin, un poco de todo y de nada, pero sea de lo que sea, lo que sí sé es que voy a hacerlo a mi manera.


Así que espero que lo disfrutéis y sino es así, tranquilos... Todavía ni siquiera sé si voy a disfrutarlo yo :p


"Hacer o no hacer algo, sólo depende de nuestra voluntad y perseverancia"
Albert Einstein