Y, de la misma forma que las cosas te pueden salir bien o te pueden salir no tan bien, a mi esta excusa, de momento, me está saliendo de maravilla.
Madrid me ha dado lo que necesitaba en muchos aspectos. Me ha hecho sentirme como en casa (probablemente porque lo estoy...). Me ha hecho recordar las ganas que tenía de moverme. Me ha hecho enamorarme de la vida que desprende la ciudad en general y la gente que aquí vive en particular. Me ha hecho pasar momentos demasiado buenos y demasiado numerosos para describirlos en un post. Me ha hecho dar un pequeño (aunque no por ello menos importante!) giro a mi corta carrera profesional. Me ha hecho ser mucho más friki de lo que era (de hecho creo que antes de Madrid no lo era nada). Me ha hecho empezar este blog para poder contaros, entre otras cosas, todas las cosas que Madrid ha hecho por mi.
Pero Madrid me ha dado algo mucho, muchísimo más importante que todo lo citado anteriormente.
Esta semana vi una campaña de la nueva tónica de Kas que me encantó (y no solo porque sea una buena gin-toniquera, que también!). Pero, mejor que contaros de qué va, os dejo aquí el link para que la veáis y juzguéis vosotros mismos... Solamente os adelanto que la conclusión es que no importa qué estés haciendo, cuándo, ni dónde, sino con quién lo estés haciendo.
Hasta aquí nada nuevo, de la misma forma que nada más real.
Madrid me ha dado muchas cosas, sí. Pero las más importantes tienen, sin lugar a dudas, nombres de personas. No es que los domingos por la noche acostumbre a llegar a conclusiones tan reveladoras... En realidad esto es algo que ya sabía pero, hoy, gracias a mi más que amigo Eduardo Saverio que ha tenido la genial idea de hacerme creer que se había vuelto a Ecuador sin despedirse (no le gustan nada las despedidas... ¿A quién sí?) me he dado cuenta de la realidad de todo esto.
De repente Madrid no me parecía tan divertida, ni tan apetecible, ni tan bonita, ni tan nada. De repente, Madrid era triste, no me hacía sentir tan bien y hasta conseguía hacerme llorar (y hacía mucho tiempo que no lloraba por tener que despedirme de alguien...).
Madrid, sin Eduardo Saverio, no va a ser la misma Madrid que a mí me ha dado tanto. Y eso sí es una realidad.
Así que, gracias a todos los que hoy formáis parte de mi Madrid, esta Madrid que tanto me gusta y tanto me da porque sin vosotros no sería la misma y no la estaría disfrutando igual. Y sé que algunos de vosotros inevitablemente os iréis, nos despediremos y lloraremos... Pero hasta entonces nos quedan muchos minutos por delante para seguir haciendo lo que queramos, cuando queramos y donde queramos. Aprovechémoslos. Eso sí, juntos, que es lo que realmente va a hacer que esos minutos sean tan divertidos, tan apetecibles, tan bonitos, tan buenos y tan todo.
"Si yo se que tú eres, y tú sabes que yo soy,
quién va a saber quien soy yo cuando tu no estés."